Para la amistad no existen tardanzas,
se arremolina en palabras silentes,
expresando lo que del alma sientes,
con vehemencia entre las añoranzas.
Al leer dulces versos de esperanzas,
nuestros caminos hoy están presentes,
albergando los sueños recurrentes,
entre letras clavadas como lanzas.
Viendo de mis ojos su colorido,
notarás que cubro el alma de vida,
embelleciendo mi jardín florido,
de amor a la poesía querida,
dando abrigo cual aves a su nido,
plasmando liras en la hora nacida,
para que escuches con todo sentido,
a mi alma enamorada bendecida,
y dispuesta a dejarte complacido.
Yo veo pasar el tiempo,
y sigo encontrando amigos,
son fervientes emociones,
con sentires alargados,
disfrutando ese momento,
conociendo sus caminos,
entre fríos o calores,
y el corazón abrigado.
De amistad son los latidos,
sensaciones hilarantes,
es necesidad y ausencia,
proclamando a siete voces,
registres tu huella conmigo,
abrazando los instantes,
donde tengo tu presencia,
con sonrisas o con roces.
Porque un amigo lo es todo,
en la soledad, refugio,
en el llanto, compañía,
en el desencuentro, intento,
buscando dulce acomodo,
de los senderos que impulso,
en las horas de alegría,
derramándome su aliento.
Son latidos del amigo,
amistad a mil por hora,
con unión en los dolores,
en la fiesta convivencia,
una mano con abrigo,
el calor aquí y ahora,
alejando sinsabores,
mi razón y mi conciencia.